El virus

Toda la información se puede encontrar en la página, en español, de la Organización Mundial de la Salud, en el siguiente enlace:


Origen
Se trata de un virus transmisible de animales a humanos, y también entre humanos, descubierto en África central en los años 70. Existen diversas variantes con diferentes tasas de mortalidad, que pueden llegar al 90%. Se producen brotes esporádicos en África central cuando una persona es contagiada por un vector animal y, a continuación, extiende en virus en su comunidad. En 2014, el brote ha ocurrido en una zona nueva, África occidental, quizás a causas de migraciones animales. La mortalidad de este brote ronda el 60%. Se cree que, con atención sanitaria adecuada, dicha mortalidad puede ser menor.

Todos los brotes anteriores, incluso en países con sistemas sanitarios deficientes, han sido controlados con éxito en el plazo de semanas o pocos meses, con normas sencillas de aislamiento de enfermos y de personas que hayan estado en contacto con ellos.


Vía de contagio
El Ébola se contagia por contacto directo con secreciones y fluidos corporales de un paciente infectado (excrementos, orina, saliva, semen). También se puede contagiar si una herida o una mucosa (boca, nariz) entra en contacto con una superficie contaminada por un enfermo de ébola (apartado 2). No existen pruebas de contagio por vía aérea (respiración) entre humanos.

La Organización Mundial de la Salud considera que un individuo no es contagioso mientras no muestre síntomas. Es decir, el virus no se contagia durante el período de incubación, que es de 2 a 21 días (apartado 4).

Se cree que los principales factores agravantes del brote están siendo, en África occidental, la falta de información al público, la escasez de materiales protectores y los ritos funerarios que implican manipular cuerpos que han muerto por la infección.


Tratamiento
No existe tratamiento específico aprobado para el Ébola. Se aplica al paciente un tratamiento general para mantener la hidratación y las constantes vitales estables, a la espera de que el cuerpo pueda superar la infección. La detección precoz y los cuidados intensivos mejoran el pronóstico.

Existe un tratamiento experimental, probado únicamente en animales y en ciertos casos aislados en el presente brote, basado en anticuerpos monoclonales contra las proteínas del virus. La OMS ha autorizado su uso en casos excepcionales y con el adecuado consentimiento informado, aunque las reservas del medicamento son muy limitadas. Las noticias sobre tratamientos experimentales deben ser tomadas con precaución. Incluso aunque se lleven a cabo ensayos clínicos y se autoricen nuevos medicamentos, pasarán meses antes de su aprobación, y más tiempo antes de su producción comercial.

Es improbable que sea un nuevo tratamiento el que detenga este brote: serán los protocolos habituales de aislamiento y precaución los que corten la cadena de transmisión allí donde se produzca.


Síntomas y enfermedad
Los enfermos sufren fiebre repentina, debilidad, dolores musculares, de cabeza y de garganta. A continuación aparecen vómitos, diarrea, erupciones en la piel, problemas de riñón e hígado y, a veces, hemorragias. Sin cuidado hospitalario rápido e intensivo, es una enfermedad muy grave con muy alta mortalidad en el plazo de una o dos semanas.


¿Qué se hace con los enfermos de Ébola?
Nada más detectar síntomas en una persona que haya viajado a los países afectados o haya tenido contacto con un enfermo, se procederá a su aislamiento y la localización de aquellas personas que hayan estado en contacto directo con él, para su seguimiento. Las muestras se analizan en el propio hospital o se envían al Centro Nacional de Microbiología, dependiente del Instituto de Salud Carlos III. Hay otros laboratorios en Europa que pueden colaborar en el análisis de las muestras.


¿Y si estoy en el mismo hospital?
El contagio se evita si no se entra en contacto directo con un enfermo (tocarle, tocar objetos con secreciones del paciente, recibir secreciones del paciente). Evidentemente, los enfermos de Ébola son rápidamente aislados en una habitación y sus residuos se gestionan como biopeligrosos.

Salvo que se quieran tomar medidas extraordinarias de precaución, las demás actividades del hospital pueden continuar normalmente.